¡Hola hola, después de tanto tiempo! Hoy traigo la reseña de un libro que no me ha gustado especialmente (si es que llevo una racha...) pero que me resistía a dejar a la mitad.
Se trata de, como ya sabréis por el título de la entrada, Ready player one.
Autor/a: Ernest Cline
Precio: 18 euros
Precio: 18 euros
Saga: Ninguna
Editorial: Ediciones B
Nº de páginas: 460
ARGUMENTO
Estamos en el año 2044 y, como el resto de la humanidad, Wade Watts prefiere mil veces el videojuego de OASIS al cada vez más sombrío mundo real. Se asegura que esconde las diabólicas piezas de un rompecabezas cuya resolución conduce a una fortuna incalculable. Las claves del enigma están basadas en la cultura de finales del siglo XX y, durante años, millones de humanos han intentado dar con ellas, sin éxito. De repente, Wade logra resolver el primer rompecabezas del premio y, a partir de ese momento, debe competir contra miles de jugadores para conseguir el trofeo. La única forma de sobrevivir es ganar, pero para hacerlo tendrá que abandonar su existencia virtual y enfrentarse a la vida y al amor en el mundo real, del que siempre ha intentado escapar.
OPINIÓN PERSONAL (con spoilers)
Aunque no he vivido en los ochenta ni me gustan los videojuegos, decidí darle una oportunidad a este libro porque sabía que iban a hacer una película y tenía muy buenas críticas, y ya de paso, por qué no, por probar algo diferente. Es cierto que podría haberme planteado que si el libro giraba en torno a una cultura de videojuegos que no conocía por los dos factores que ya he señalado, no entendería las referencias y muy seguramente no lo disfrutaría tanto como los que sí lo hicieran. Pero bueno. El caso es que esperaba simplemente una historia muy dinámica y diferente, y confié en que estos pequeños obstáculos no me impidieran engancharme.
El libro empieza lento, pero en todo momento se ve que la historia de fondo es buena.
Tenemos un multimillonario creador de videojuegos que ha revolucionado el mundo con la creación de una plataforma virtual que realmente es como otro mundo aparte. Tú sólo conectas tu consola, te pones unas gafas de realidad virtual y unos guantes y ya puedes ser un personaje totalmente diferente en un mundo muy realista en tres dimensiones con muchísimos planetas diferentes que explorar y miles de posibilidades de entretenimiento. Por tener tiene hasta escuelas, así que perfectamente puedes llevar a cabo tu formación académica en esa realidad virtual.
El mundo real, mientras tanto, va cada vez a peor. La pobreza, el hambre y la suciedad parecen reinar por todas partes, y quien puede, como avestruz que se esconde de los problemas, se pone las gafas virtuales y se evade de todo ello. Aquí es donde está el primer elemento que no me ha gustado nada de la novela: la resignación. He odiado profundamente la idea de un futuro en que la gente se rinde y da la espalda a esta realidad para refugiarse en otra mejor.
Casi siempre, la vida del ser humano es repugnante. Los videojuegos son lo único que la hacen soportable.
En el momento en que muere el creador del juego y sale a la luz un vídeo donde anuncia que hay diversas pistas esparcidas por Oasis para llegar a toda la fortuna que deja de herencia, el mundo enloquece. El futuro que nos presenta Cline con millones de personas metidas en una simulación virtual a todas horas buscando "el Huevo de Pascua" (el premio final) es demoledor. Pero lo que me decepciona de todo esto es que el protagonista sea uno más de todos esos que pasan olímpicamente de que el mundo real se caiga a pedazos. Me habría gustado que se explicara más cómo está la Tierra en 2044 (porque la verdad es que sabemos que está mal por unas tres o cuatro frases, pero el autor no se detiene más), y que tuviéramos un protagonista que intentara de verdad hacer algo o por lo menos estuviera preocupado. Sin embargo tenemos uno como todos los demás, incluso peor, tan obsesionado con el juego que me caía mal: llegaba a decir que si no conseguía ganar el juego simplemente se suicidaría. Y si lo ganaba, se construiría nosequé cosa gigante en el espacio. Todo muy solidario y tal. En este sentido me caía mejor Art3mis, que sí planeaba usar el dinero si lo ganaba para resolver los problemas del mundo. Aun así, esto no deja de ser una breve mención.
Ahora es cuando me toca decir que la sinopsis miente un poco. Eso de que tendrán que enfrentarse al mundo real...No. Habrá en total como cuatro páginas del mundo real, si eso. Y sólo tenemos a los personajes por ahí cuando se están trasladando a otro lugar donde seguir conectados a OASIS.
La historia de la búsqueda de las llaves, las pistas, las puertas y, en definitiva, el huevo de Halliday, me ha despertado sentimientos contradictorios. Con mucha frecuencia leía el libro sólo por avanzar y terminarlo de una vez, sin estar disfrutándolo realmente. Es, en mi opinión, tan descriptivo que se vuelve pesado, y más si no tienes ni idea de los videojuegos que había en los años 80 o, como también me pasa a mí, no te interesan. Me habría llegado a gustar si hubiera habido más historia que información, pero la verdad es que creo que si hiciéramos un balance, nos saldrían más explicaciones de juegos antiguos que acción.
La novela, en definitiva, es una enumeración increíble de videojuegos, algunas películas y consolas de los años 80, y en ese sentido no puedo más que admirar la investigación del autor, pero sin duda creo que todo eso llega a cansar salvo que seas un gran apasionado de los videojuegos. Y, por eso, una vez más, reconozco que no es que el libro sea malo, eso es muy subjetivo, sino que tal vez no ha encontrado en mí el tipo de público al que seguramente iría dirigido.
Sin embargo, en otros momentos me encontré pasando las páginas rápidamente. Creo que esto llegaba a coincidir con los momentos en los que el protagonista encontraba las llaves. El resto del libro iba avanzando con dificultad, pero cuando llegaban los momentos importantes, me quedaba enganchada.
Wade, nuestro protagonista, como ya he dicho, no me ha caído bien. Entre el instalove de narices que se marca ya al principio y lo tremendamente obsesionado que está con el juego, me parecía lo contrario a un personaje interesante. Para que os hagáis a una idea, se recluye en un apartamento, pinta las ventanas de negro, se compra todo el equipamiento profesional de Oasis que consigue e incluso tiene una ducha rara que le depila de cuerpo entero sólo para no tener que preocuparse de cosas tan cotidianas como afeitarse(ups, no tengo cejas, pero todo sea por Oasis). El lector presencia la decadencia de una vida humana y la caída de un mundo entero sin poder hacer absolutamente nada, y no sabéis lo frustrante que es eso. Las ganas de coger al protagonista por los hombros y sacudirlo hasta que reaccione y haga algo más provechoso con su vida son muy muy fuertes todo el tiempo. De verdad, no os sé explicar con palabras lo obsesionado que está.
Jugar con los videojuegos antiguos me venía muy bien para aclarar la mente y relajarme. Si me sentía deprimido, impotente ante mi mala suerte en la vida, lo único que debía hacer era darle al botón de Player One y mis preocupaciones desaparecían al momento, al tiempo que mi mente se concentraba en la matanza incesante y pixelada que tenía lugar en la pantalla, delante de mí. Allí, en el interior de aquel universo bidimensional del juego, la vida era muy simple.
Wade, nuestro protagonista, como ya he dicho, no me ha caído bien. Entre el instalove de narices que se marca ya al principio y lo tremendamente obsesionado que está con el juego, me parecía lo contrario a un personaje interesante. Para que os hagáis a una idea, se recluye en un apartamento, pinta las ventanas de negro, se compra todo el equipamiento profesional de Oasis que consigue e incluso tiene una ducha rara que le depila de cuerpo entero sólo para no tener que preocuparse de cosas tan cotidianas como afeitarse
Incluso si escucha música, tiene que comentarle al lector el nombre de la canción, autor, año de lanzamiento y álbum.
En cuanto al final, tengo que admitir que hay un detalle que me ha gustado. No os voy a decir qué es, evidentemente, pero dejémoslo en que es una pequeña sorpresa que se recibe bien. A lo mejor a vosotros no os gusta y soy solo yo, pero como fue al fin algo inesperado...
Por lo demás, el final final propiamente dicho es el previsible. Tú coges el libro, lees la sinopsis... ¿y a que ya sabes quién va a conseguir ganar el Huevo? Me pasé todo el libro esperando por lo menos una sorpresa en ese sentido, pero no. Claro que no.
Y por eso en Goodreads lo he dejado con dos estrellas. Es cierto que cuando leía las partes de las llaves, o con esa sorpresa que os digo, me planteé ponerle tres, pero la verdad es que pensándolo ya con un día desde que lo terminé me doy cuenta de que realmente no sentiría que me hubiera perdido mucho si nunca lo hubiera llegado a leer.
Eso sí, la película (os dejo el tráiler), que se va a estrenar el 30 de marzo de 2018, sí me plantearé verla, porque estoy bastante convencida de que esta historia en la pantalla puede ganar mucho, sobre todo con los efectos especiales.
¿Lo habéis leído? Espero que os haya gustado más que a mí.