lunes, 7 de septiembre de 2015

Mi vecina quiere presentarme a su gato


¡Hola! ¡He vuelto! Y es triste, porque eso significa que el verano se ha acabado...Pero bueno, por ahora olvidemos eso. 

La parte buena es que voy a poder empezar a ponerme al día, tanto con mis propias entradas pendientes como con vuestros blogs (tengo la firme intención de pasarme por todos los que pueda). 
Aunque, para empezar, una reseña. 
En esta ocasión se trata de un libro que conseguí en Galicia. Mi madre estaba comprando Memorias de una geisha por 2€ (más que nada, por eso lo compraba), cuando yo vi un libro que me llamó la atención. Bueno, fue su título lo que me descolocó. Lo saqué del estante, se lo enseñé a mi padre, y antes de que me diera cuenta, la vendedora ya nos estaba explicando que el autor vivía en la casa de al lado, que seguramente nos lo encontraríamos, que podría firmarnos y dedicarnos el libro, que lo compráramos. Y aquí estoy, con un libro que no me ha gustado entre las manos y, encima, sin firmar. 

Autor/a: Miguel Abollado
Precio: 14 euros
Saga: Ninguna
Editorial: Bohodón Ediciones
Nº de páginas: 151



ARGUMENTO (de la contraportada)


Alberto es un tipo peculiar al que no le gusta demasiado la gente. Sus aficiones principales pasan por tirarse el día tumbado en el sofá viendo películas con el gato de su vecina en su regazo, comer sin parar y divagar sobre el sentido de la vida. Todo discurre plácidamente hasta que un día su pequeño mundo da un giro inesperado: Susana, una antigua compañera de la universidad, acude en su ayuda al verse envuelta en un asunto bastante turbio; Tony, su único amigo, se encuentra en una difícil encrucijada; y Anna, una periodista nada convencional, aparece para terminar de revolucionar la rutina de nuestro protagonista. Juntos emprenderán un viaje vital en el que cada uno tendrá que encontrar su propio sentido. 



ARGUMENTO (hecho por mí)


Alberto se pasa la vida en el sofá, viendo películas o recordando el pasado (y, más concretamente, a una antigua novia que desapareció sin dejar rastro). Sus días transcurren tranquilamente, sin el menor contratiempo, hasta que todo se le viene encima de golpe. Su mejor amigo será el padre de un niño al que no le dejarán ni ver, Susana (su exnovia) ha vuelto, y necesita su ayuda para esquivar a la policía, y Anna, su nueva amiga, intenta por todos los medios hacer un reportaje sobre ella, su familia y los crímenes que cometieron. 



OPINIÓN PERSONAL


Como os he dicho antes, este libro no me ha gustado. Empezando por la portada, que, quitando al gato (que es más o menos mono), me parece horrible. 


Tampoco la narración me ha convencido. Alberto se dirige directamente al lector, y eso no tendría por qué ser malo, pero en este caso lo es. No es que involucre al lector en la historia, sino que directamente asume que es un personaje de un libro, y todo lo que hace o dice es con esta convicción. 
El autor se esfuerza en que no confundamos al personaje con él. Repite varias veces que no es un libro autobiográfico. Está bien que quiera dejar eso claro, pero por favor, de otra forma. Dice el personaje algo parecido a esto: "Yo no soy el autor del libro. El autor es un tal Miguel, yo no tengo nada que ver con él. De hecho, en la presentación del libro, Miguel os repetirá que este no es un libro autobiográfico". 

He leído otras reseñas del libro, y la mayoría opina que esto es una prueba de que el protagonista tiene personalidad, porque se independiza de su autor y cobra vida propia. Es probable que esa fuera la intención del escritor, y entiendo que pueda interpretarse así, pero a mí personalmente ese estilo no me gusta. 
En fin. Esta parte ya me empezó a desanimar. Aún no sabía mucho de cómo iba a ser la historia, pero tenía claro que, si la narración seguía en esa misma línea, no podría nunca llegar a engancharme.A pesar de todo seguí leyendo, confiando en que la cosa cambiara un poquito. Se puso peor. Llegó un punto en el que el protagonista le cedió el papel de narrador a otro personaje (durante poco tiempo). No un cambio de narrador, no, sino que literalmente le cedió el papel. Dijo que estaba cansado, y que la vecina se conocía mejor esa parte de la historia que él, así que le pidió a ella que siguiera. Y la vecina: como os ha contado Alberto...
En serio, yo sufría con esto. Quizá a vosotros os resulte un tipo de narración innovador (y básicamente por eso hago la reseña, para que juzguéis por vosotros mismos si os interesa o no), pero yo no conseguí encontrarle el lado bueno. 


También es necesario hablar de los personajes. Ninguno ha conseguido transmitirme absolutamente nada. En primer lugar tenemos a Alberto. Si tuviera que hacer una lista de los personajes literarios que menos me han gustado a lo largo de los años, es probable que él la encabezara. Tiene un punto bueno, y es que es un personaje de los que se pueden encontrar hoy en día, pero aún así me caía mal. Quiero dejar claro que no es porque fuera un "gordito melenudo", (como lo describe el autor), aunque debo admitir que este no es mi modelo físico ideal de personaje. Lo que realmente detesté fue su mentalidad. Se pasaba el día bebiendo, dormía muchísimo, veía una peli tras otra tirado en el sofá... Respeto a todas las personas que deciden vivir así, pero no veo cómo puede un personaje con estas características protagonizar un viaje, una aventura. 

Susana, por su parte, no me caía ni mal ni bien. Simplemente me dejó indiferente. Como si no estuviera ahí. Tony creo que pretendía caer bien, pero me resultó bastante odioso. Guapo, inteligente, amable, simpático...Lo siento, pero tampoco. Alberto y Tony eran como dos extremos opuestos, y yo necesitaba un punto medio. A estas alturas, ya sabréis que no me gustan los personajes sumamente perfectos, tan tan tan maravillosos que pueden ser descritos como "el terror de las nenas" (no lo digo yo, lo dice Miguel Abollado). 
Anna es el único personaje al que llegué a soportar, aunque no era y sigo sin ser capaz de entender qué pintaba en ese coche, con esas personas, en ese viaje. Susana se iba, Tony buscaba a Elena, Alberto acompañaba, el padre conducía. Ella había prometido no publicar un reportaje que había hecho, al menos hasta que pasaran unos meses, de modo que...¿Para qué iba? Quizá fuera otra acompañante, pero no creo que se conocieran aún lo suficiente...

En cuanto a la historia en sí, no está mal, pero tiene muchos puntos malos. Me ha gustado mucho la parte de Alberto y Susana en el pasado, cómo se conocieron, cómo fingían cada día ser una persona distinta. Pero, por el contrario, no me convence la parte del presente. No entiendo por qué Alberto la acoge en su casa tan fácilmente, aunque lleve años sin verla y sepa que la persigue la policía. Y el motivo por el que luego ya no quiere que se vaya me parece de lo más machista. Cocina bien y se acuesta con él de vez en cuando. Mejor no comento nada más sobre esto. Me indigna demasiado. 

Luego tenemos el tema del alcohol. En este libro hay demasiado alcohol. Cuando digo demasiado, quiero decir que los personajes están todo el tiempo bebiendo. Hasta un punto exasperante, en el que eran incapaces de ir a ningún sitio o hacer nada sin antes emborracharse. 
Como creo que ya he dicho muchas cosas malas, os voy a contar lo que sí me ha gustado de esta lectura. En primer lugar, que es un libro cortito, y en circunstancias en las que no tienes nada mejor que hacer, es entretenido. Además, el final está muy bien. Me encantaron los pensamientos filosóficos del padre de Alberto. Era como si el autor del libro hubiera cambiado: otra forma de escribir, otras palabras...Un cambio a mejor, sin duda. Si todo el libro hubiera sido así, esta reseña sería muy diferente. 

En conclusión: por diversos motivos, el libro no me ha gustado, pero tengo que admitir que se lee muy rápido, y el final ha estado bien. 
The Hunger Games Mockingjay Pin